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¿Crees que cuidas tu piel? Podrías estar destruyéndola sin saberlo


Usar productos innecesarios o que no son adecuados para tu tipo de piel o tu edad es como regar una planta en exceso. ¿Has visto cómo las hojas comienzan a ponerse marrones y caídas, como si la planta estuviera seca? Entonces, pensando que necesita más agua, sigues regándola una y otra vez para “salvarla”, pero el problema solo empeora. Esto sucede porque, en lugar de detenerte a investigar qué realmente le pasa a la planta, actúas con impaciencia al no ver resultados inmediatos. En realidad, la planta se está pudriendo por demasiada agua. Lo mismo ocurre con tu piel: saturarla con productos innecesarios puede estar dañándola mucho más de lo que imaginas.


Imagínate esto: llevas meses haciendo una rutina de 10 pasos, usando productos “de lujo” y esas máquinas que prometen prevenir arrugas, mejorar tu textura y dejar tu piel radiante. Te sientes orgullosa de lo dedicada que eres, del tiempo y dinero que inviertes. Pero un día, frente al espejo, empiezas a notar algo raro: brotes de acné, manchas nuevas, sensibilidad, textura desigual. ¿Qué está pasando? Lo que no sabes es que esa rutina “perfecta” podría estar haciendo más daño que bien.



Rutinas estéticas vs. salud de tu piel: ¿Cuál es?


Hoy en día, las redes sociales están llenas de rutinas estéticas que se ven increíbles: luces perfectas, productos en envases brillantes, influencers con piel aparentemente impecable. Pero hay muchas cosas que no vemos, cuántas veces ha usado el producto, es eso lo que le ayuda o, la combinación con otras cosas, ¿se hace procedimientos faciales?. Vemos un publicidad y creemos que por usar ese producto y esa rutina tendremos el mismo resultado, pero no es así.


La piel, como todo en nuestro cuerpo, tiene sus propias etapas y necesidades. Usar productos que no son adecuados para tu tipo de piel, o para su edad biológica (porque sí, la piel también tiene una “edad”), puede ser contraproducente.


Los dermatólogos advierten que usar ingredientes innecesarios o prematuros puede:


Dañar la barrera cutánea: Dejando tu piel desprotegida y más propensa a infecciones.

Provocar brotes o enriquecimientos: Especialmente si tu piel no necesita los activos que estás aplicando.

Causar manchas, inflamación o texturas desiguales.

Desencadenar afecciones como dermatitis, eczema o rosácea.

Crear resistencia a ciertos ingredientes: Lo que significa que, cuando realmente los necesites, podrían no funcionar.


¿Por qué es importante parar?


La piel tiene su propio ritmo y proceso. Cada producto que aplicas debe tener un propósito claro y estar alineado con lo que tu piel necesita hoy, no lo que crees que necesitará en 10 años, no col lo que está de moda.


Cuando intentas “prevenir” o “mejorar” sin un enfoque consciente o hasta por tener esta rutina aesthetic de tiktok ✨ puedes estar iniciando un ciclo donde tu piel nunca encuentra equilibrio. ¿Te has preguntado si ese brote de acné o esas manchas que estás viendo son, en realidad, tu piel pidiéndote que pares?


Cuidar tu piel no es una competencia


Si usas muchos productos para "cuidar tu piel" ¿no sería lo correcto, ver primero lo que necesita? ¿Es para cuidar tu piel o es por vanidad?


La próxima vez que sientas la tentación de comprar ese nuevo sérum porque lo viste en TikTok, pregúntate: ¿Mi piel realmente lo necesita? ¿es diferente a lo que ya uso ahora? El cuidado real comienza con el conocimiento: entender cómo funciona tu piel, qué necesita en este momento y actuar en consecuencia.


Y si estás partiendo una rutina o quieres partir, comienza de a poco, no te sofoques con estas rutinas virales, usa un limpiador, una crema y protector solar. Si es necesario, agrega un serum o tónico.


La clave está en entender que más no siempre es mejor. Tu piel es como una planta: si la riegas demasiado, las hojas se caen, se pudre y pierde su vitalidad. Dale lo justo y necesario, escucha sus señales y no caigas en las tendencias que prometen soluciones mágicas. Porque, al final, menos es más, si sabes lo que haces. Y todo en exceso es malo.


Si tienes dudas específicas sobre tu piel o necesitas tratar una afección, lo mejor siempre será consultar a un dermatólogo. Y recuerda, si un médico te ha recetado un producto específico, este se integra en tu rutina. No es que debas eliminarlo porque aquí decimos “solo hidratación y protector solar”. Cada piel es única, y escucharla es parte del proceso.

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